RECAREDO I

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La conversión al catolicismo de Recaredo I, rey visigodo de Hispania, supuso el fortalecimiento de la unidad entre hispanorromanos y visigodos. Hijo de Leovigildo, quien en el año 573 lo asoció al gobierno, con el fin de facilitar la transmisión hereditaria de la monarquía visigoda, Recaredo I subió al trono en el 586. Por expreso consejo de su padre, se convirtió al catolicismo al año siguiente, con lo que consiguió atraerse las simpatías de la mayoría hispanorromana y de los obispos católicos y contrarrestar la poderosa influencia de la nobleza arriana. La más importante se desarrolló en Septimania (región litoral de la Galia meridional), donde el obispo arriano Ataloco y los condes godos Vildigerno y Granista, ayudados por el rey franco Gontrán de Borgoña, encabezaron una revuelta que fue aplastada en una sangrienta batalla junto al río Aude, cerca de Carcasona. Poco después, en el 589, se produjo la conspiración de la reina viuda, Godsuinta, y del obispo arriano de Toledo, Uldida, que fue desbaratada antes de que fructificase. El 8 de mayo de 589, Recaredo I convocó el tercer concilio de Toledo, en el que ratificó públicamente su abjuración del arrianismo y proclamó el catolicismo como religión oficial. A partir de este momento devolvió a la Iglesia Católica los bienes que le habían sido confiscados en la etapa anterior, suprimió la organización de la iglesia arriana y apartó del poder tanto a sus miembros como a los judíos.