TEMÍSTOCLES - pág.2

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Tras la derrota en tierra de las Termópilas, que abrió las puertas de Grecia al ejército persa, Temístocles ordenó evacuar Atenas, persuadió a los jefes helénicos de que reunieran sus naves junto a la isla de Salamina, al oeste del Ática, y, por medio de un falso mensaje, indujo a Jerjes a atacarlos. El resultado de la batalla naval de Salamina (480) fue una total victoria griega, que destrozó la flota del enemigo y obligó a su ejército a retirarse ante la imposibilidad de recibir suministros. Aclamado como héroe nacional de Atenas, Temístocles se dedicó luego a la reconstrucción de la ciudad y de sus murallas a fin de consolidar su creciente poderío frente a Esparta. Sus intentos de reducir el poder del Areópago o consejo de nobles motivaron, no obstante, la hostilidad de la aristocracia, y hacia el 470, sospechoso de corrupción, fue condenado al ostracismo -exilio-. Durante algún tiempo residió en Argós pero, acusado de traición por los espartanos, se vio obligado a huir de nuevo. Sus últimos años transcurrieron al servicio de la corte persa como gobernador de la ciudad de Magnesia, Asia menor. Temístocles falleció en lugar ignorado hacia el 460 a.C., según algunas leyendas al darse muerte para no combatir contra los griegos.