TEODORICO I EL GRANDE

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El reino ostrogodo de Italia creado por Teodorico I el Grande fue el mayor de los principados germánicos establecidos en los territorios del desaparecido Imperio Romano de occidente. Nacido hacia el 454, Teodorico era hijo del caudillo ostrogodo Teodomiro y pasó parte de su infancia como rehén en Constantinopla -posterior Estambul-, capital entonces del Imperio Romano de oriente. En el año 471 sucedió a su padre en el mando y estableció a los ostrogodos en la Mesia inferior, región de la posterior Bulgaria, hasta que en el 488 el emperador Zenón, que le había concedido los títulos de patricio y cónsul, lo envió a Italia con objeto de que derrocara al caudillo germano Odoacro y gobernara la península en su nombre. A mediados del año siguiente Teodorico llegó a Italia con su pueblo, cuyo número se calcula en unas cien mil personas, y tras un período de inciertas batallas logró en el 493 entrar en Rávena y, por medio de un ardid, dar muerte a Odoacro. A lo largo de los 33 años siguientes Teodorico, si bien bajo teórico vasallaje al emperador de oriente, fue en la práctica rey de Italia y rigió sus destinos desde su corte de Rávena. Dueño de la casi totalidad de la península, su habilidad diplomática le permitió además consolidar su poderío gracias a una política de alianzas matrimoniales, y llegó a ser reconocido como el principal soberano de occidente.