TRAJANO

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Bajo el firme mando de Trajano, primer emperador romano nacido fuera de Italia, el imperio alcanzó su máxima extensión geográfica. Marco Ulpio Trajano nació en Itálica, localidad de la provincia Bética en la España meridional próxima a Hispalis (posterior Sevilla), en el año 53 de la era cristiana. Perteneciente a una familia noble de origen itálico, llevó a cabo su formación militar junto a su padre, gobernador de Siria y Asia en tiempos de Vespasiano, y alcanzó gran prestigio gracias a sus campañas en Germania. Nombrado cónsul en el año 91 por Domiciano, posteriormente fue adoptado por Nerva y en el 98 sucedió a éste en el trono imperial. Desde los primeros años de su reinado Trajano dedicó sus esfuerzos a lograr la reorganización del imperio, diezmado económicamente por sus predecesores, y para ello se apoyó de forma decidida en el Senado, que llegó a investirlo con el título excepcional de optimus princeps. Fruto de su cuidadosa administración, cuyos meditados planteamientos quedaron reflejados en la correspondencia que sostuvo con el escritor Plinio el Joven, fueron la reactivación del comercio y la agricultura, la disminución de las cargas tributarias y, sobre todo, el desarrollo de un ambicioso programa de obras públicas en Italia y las provincias que tuvo su más destacado ejemplo en la construcción del nuevo foro de Roma bajo la dirección del arquitecto Apolodoro de Damasco.