Morfología linguística - pág.2

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Normalmente, los alomorfos se distribuyen de forma complementaria, es decir, en un mismo contexto no son intercambiables; de esta manera, no son posibles en español formas como mesaes o arbols. Sin embargo, no siempre se da este caso, como, por ejemplo, en el plural de jabalí, que puede ser, con igual corrección, jabalí-s o jabalí-es. Puede darse también el caso inverso a los alomorfos: que un mismo morfo represente más de un morfema. Esto se puede ver en español en el caso de habl-o, donde -o representa al mismo tiempo los morfemas de primera persona singular, tiempo presente y modo indicativo. Este hecho es típico de las lenguas flexivas, donde la palabra tiene, a pesar de experimentar variaciones importantes, una unidad interna muy grande, que dificulta a menudo el análisis morfemático. En las lenguas aglutinantes, por el contrario, la palabra se presenta como un conglomerado de elementos semiindependientes, cada uno de ellos en representación de un morfema. Véase, por ejemplo, en turco, caso de lengua aglutinante, la forma evlerden ("desde las casas"), que puede ser analizada como ev ("casa"), ler (que indica plural) y den (que representa el caso ablativo). En latín, ejemplo clásico de lengua flexiva, se observa que en la forma correspondiente, domis, el morfema -is representa, sin posibilidad de descomponerse, el plural y el ablativo.