Enciclopedia de Milicia
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Fortificación
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El nacimiento de los núcleos urbanos hubo de tomar como fundamento principios arquitectónicos de índole militar, dado que tan solo mediante la construcción de murallas era posible la protección de los habitantes ante ataques enemigos. La constitución de los imperios y los estados obedeció a idénticos criterios, ya que sus fronteras se conformaron mediante el establecimiento de ciudadelas, torres y murallas fortificadas. Antiguos testimonios de tal hecho son los muros y bastiones de Ikkur y Buhen, que constituían el límite meridional del imperio antiguo egipcio, o la ciudadela de Lagash, baluarte de los sumerios.
La fortificación es la técnica de reforzar mediante obras de defensa un emplazamiento para que pueda resistir los ataques del enemigo. Dentro del concepto se diferencian la fortificación de campaña, establecida para defender por tiempo limitado un campo u otra posición militar, y la fortificación permanente, que se construye con materiales duraderos a fin de que sirva de defensa por tiempo ilimitado. Ambas incluyen fuertes y refugios para las tropas.
Aspectos tácticos
El arte y la ciencia militar designan como obras de fortificación las construidas para este fin. Las proyectadas para alojar armas se denominan asentamientos (de ametralladora, de cañón), mientras que las destinadas a la protección de uno o dos fusileros reciben el nombre de pozo de tirador, y las que cubren unidades enteras se llaman abrigo (de pelotón, de sección, etc.
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