Fortificación - pág.4
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Enciclopedia de Milicia
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En su estructura básica solía constar de torre de homenaje, muro, foso y puente levadizo.
El advenimiento de la pólvora y de las armas de fuego modificó en gran medida el concepto de fortificación. En 1453, los turcos abatieron las murallas de Constantinopla con sus cañones de 1,6 km de alcance y, también a mediados del siglo XV, la artillería de Carlos VII de Francia destruyó o tomó en apenas un año la práctica totalidad de los castillos de Normandía.
En el siglo XVI, el perfil de una obra de defensa incluía: una explanada, un terraplén, un parapeto o muralla, la escarpa y la contraescarpa, que constituían los planos inclinados de la muralla, un camino cubierto del fuego enemigo, y el glacis o declive del camino, calculado de modo que quedara barrido por el fuego que provenía de la fortaleza. La planta de las fortificaciones se quebró para dar lugar a entrantes y salientes, desde los que se concentraba el fuego de frente y de flanco sobre el punto de ataque. Surgieron además ciudadelas y barreras estratégicas en las fronteras, como las de Metz y Verdún, en Francia.
En el siglo XVII, Gustavo Adolfo de Suecia practicó con su ejército la fortificación de campaña.
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