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Durante las lupercales, los jóvenes, vestidos con pieles de cabra, recorrían desenfrenadamente las calles de Roma, conmemorando así los antiguos ritos, según los cuales los sacerdotes del dios partían de su santuario, situado en una gruta del monte Palatino, y, ceñidos con una piel de macho cabrío, daban vueltas, danzando, al antiguo recinto de la ciudad, para solicitar del dios la fecundidad de los campos, los animales y los hombres.
Junto a Fauno aparece en la mitología Fauna, hija o esposa, según las versiones, con atributos semejantes a los del dios.
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