Dragón

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Las ideas de fuerza, agresividad y fiereza que se vinculan con la imagen del dragón han dado lugar a que el nombre de este animal mitológico haya servido para designar a grupos de saurios de feroz aspecto, a peces marinos de grandes aletas y, en otro ámbito, a un cuerpo militar que alcanzó su máximo desarrollo durante los siglos XVIII y XIX, caracterizado por su aguerrido porte y la rapidez de sus cargas. El dragón es un monstruo presente en las mitologías de distintas culturas, descrito generalmente como una gran serpiente o un enorme lagarto, con grandes alas de murciélago, piel escamosa, larga cola dentada, una o varias cabezas, y otras tantas bocas por medio de las cuales lanza llamaradas de fuego destructor. La palabra griega original, drakon, significa serpiente. Así, la serpiente Pitón, monstruo mitológico, hija de Zeus y de Hera, y depositaria inicial del oráculo de Delfos, era a veces representada como un dragón. Entre los pueblos del cercano oriente, el dragón era símbolo del principio o espíritu del mal, tal como ocurría en el antiguo Egipto. Sin embargo, en el mundo griego y romano, tal interpretación del dragón como un ser maléfico coexistía con la idea de la existencia de otros dragones benéficos, escondidos en el seno de la tierra.