Esfinge

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Criatura monstruosa con cuerpo de león y cabeza humana, la esfinge constituyó un importante tema mitológico en las antiguas civilizaciones egipcia y mesopotámicas. En Grecia, que la tomó de aquéllas, la literatura y el arte se inspiraron frecuentemente en el célebre mito de Edipo y la esfinge. Ésta, que en las cercanías de la ciudad de Tebas atemorizaba a los viajeros y daba muerte a quienes no consiguieran resolver su enigma, puso término a su propia vida, precipitándose desde lo alto del monte Ficio, cuando la perspicacia de Edipo supo aclararlo. Egipto y Mesopotamia Una de las más antiguas representaciones de esta figura mitológica es la colosal esfinge de Giza o Gizeh, en Egipto, que data del reinado de Kefrén, faraón de la IV dinastía. La esfinge egipcia, que tenía la forma de un león, con sus patas delanteras extendidas, y una cabeza de rasgos humanos, cubierta con un tocado de carácter funerario o nemes, simbolizaba la figura del faraón. Durante el imperio nuevo, la esfinge, que alcanzó una gran difusión en ese período, se colocó delante de los templos, a ambos lados de la avenida de acceso o dromos, con una función claramente protectora.