Mito y Mitología - pág.6

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De este modo, las culturas antimitológicas -aquellas que degradan el mito a literatura- pueden terminar cayendo en sus propios mitos. Una conexión más estrecha, aunque más imprecisa, tiene el mito con la literatura. El mito es originalmente una narración oral espontánea. La literatura, el arte escrito, tiende a explicar, a clarificar el mito que había nacido fragmentario y casi contradictorio. En la misma proporción en la que se va adaptando a la medida del hombre y en la que éste comienza a manipularlo conscientemente, el mito se va diluyendo en saga, leyenda, épica, fábula, historia, novela o cuento. Las sagas nórdicas, por ejemplo, pueden considerarse como mitos menores en los que los respectivos pueblos proyectaron sus propios ideales, aunque sin profundizar en su inefable estructura trascendente, que se revela solamente en el mito. Caracteres del mito. De esta exploración por contrastes se pueden deducir algunas características fundamentales del mito. Ante todo, el pensamiento mítico es vivencial, intuitivo y simbólico; es complementario, antes que opuesto, al pensamiento racional, ya que éste es analítico y preciso, expresado en conceptos y definiciones. Sus semejanzas con la religión muestran que el mito se refiere -al menos en sus vivencias más profundas- a temas que trascienden la experiencia y la razón: Dios, el comportamiento ético, los orígenes, la escatología (destino final del hombre y del mundo).