BRAHMS, JOHANNES

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Si la enorme fuerza que brota de su música sincera y cálida, fruto de una rica vida interior, otorga a Brahms el calificativo de romántico, el respeto a las formas tradicionales y la perfecta ordenación de sus ideas hacen de él un clásico. Síntesis, pues de dos tendencias creadoras, la obra de Brahms constituye en sí misma una culminación. Johannes Brahms nació en Hamburgo, Alemania, el 7 de mayo de 1833. Iniciado en la música por su padre; contrabajista en orquestas populares, estudió piano con F. W. Cossel y Eduard Marxsen, al tiempo que tocaba en tabernas y posadas de los bajos fondos hamburgueses para paliar la precaria situación económica de su familia. Su vida tomó un nuevo rumbo cuando, en 1853 acompañó al violinista húngaro Eduard Reményi en una gira de conciertos por varias ciudades alemanas. En Hannover, las interpretaciones al piano de Brahms causaron la admiración del celebrado violinista Joseph Joachim, a través del cual Brahms conoció a Franz Liszt. Poco después fue presentado a Robert Schumann, quien, con su apasionado elogio del joven músico, al que calificó de "elegido", convirtió a Brahms en una prestigiosa figura dentro del panorama musical alemán. Por entonces se iniciaba una intensa polémica en la que Brahms se vería envuelto toda su vida. Se trataba de la contraposición entre la llamada escuela neoalemana, cuyos exponentes eran Liszt y Wagner, y la escuela conservadora, cuyo paradigma lo constituía la obra de Schumann.