FRANCK, CÉSAR

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Virtuoso del piano, organista y profesor, el compositor belga, posteriormente nacionalizado francés, César Franck no logró el reconocimiento de la crítica y del público para sus composiciones, que, sin embargo, marcaron el cambio de rumbo que a finales del siglo XIX renovaría los presupuestos estéticos de la música francesa. De ascendencia alemana, César Auguste Franck nació el 10 de diciembre de 1822 en Lieja, Bélgica, demostrando desde niño grandes dotes para el piano. Por designio de su padre se vio abocado a una precoz carrera de concertista, que no le reportó grandes éxitos. Tras nacionalizarse francés, ingresó en 1837 en el Conservatorio de París, institución que se vio obligado a abandonar prematuramente, presionado por su padre, para reanudar sus conciertos, a pesar de haberse convertido en uno de los candidatos favoritos al prestigioso Premio de Roma. En las obras compuestas en sus años de estudio se revelaba una notable originalidad acompañada de un acertado uso de la forma cíclica, que sería una de las constantes de su música. Tras algunos fracasos en sus recitales, Franck volcó sus esfuerzos en la enseñanza y en el perfeccionamiento de la técnica organística, que ya conocía desde tiempo atrás. Se alejó del poderoso influjo paterno al casar, en 1848, con la actriz Félicité Desmousseaux. Franck ejerció el cargo de organista en las iglesias de Notre-Dame-de-Lorette, Saint Jean Saint François y Sainte Clotilde, siendo nombrado en 1872 profesor de órgano del Conservatorio de París.