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El término apóstol procede del griego apostolos, que significa enviado, emisario, y en este sentido, y con carácter general, se utilizaba en aquella lengua, sobre todo en el ámbito comercial. Sin embargo, en el cristianismo, apóstol se aplica, por antonomasia, a cada uno de los doce hombres escogidos por Jesús para constituir la iglesia, a los que hay que añadir a san Pablo. Aunque el propio Pablo llamó apóstoles en más de una ocasión "a los hermanos del Señor", los apóstoles, en su sentido más riguroso, fueron aquellos hombres a quienes Jesucristo, después de su resurrección, otorgó todo su poder y envió para que diesen testimonio permanente de su mensaje.
En tres de los cuatro evangelios, los de Mateo, Marcos y Lucas, se señala el modo como fueron elegidos los doce, de entre los discípulos que seguían al Señor. Marcos relata que Jesús subió a la montaña a orar y llamó "a los que quería... Constituyó a doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar... Éstos fueron los doce elegidos por Él: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; Andrés y Felipe, Bartolomé y Mateo, Tomás y Santiago el de Alfeo, Tadeo y Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el que luego lo entregó" (Marcos 3:13-19).
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