Ayuno y abstinencia

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La huelga de hambre, a la que Mohandas Gandhi confirió durante las primeras décadas del siglo XX su carácter de forma no violenta de lucha por la consecución de unos objetivos, puede considerarse una trasposición laica -en el sentido de no eclesiástica- de la práctica del ayuno y abstinencia en muchas religiones. Ayuno religioso. En general, el término ayuno indica la privación de todo alimento. La resistencia fisiológica al ayuno es muy variada según la complexión y los hábitos adquiridos de cada persona, y se desarrolla y se alarga considerablemente si se ingieren agua y sales. El ayuno religioso o ético es además voluntario y se produce por motivos morales. Ayuno y abstinencia han constituido una práctica penitencial impuesta por la legislación de la Iglesia Católica, y su ejercicio posee una honda raíz religiosa y antropológica. Religiones animistas primitivas relacionaban el ayuno con la posibilidad de experimentar trances o visiones, mientras que el orfismo y el pitagorismo griegos, con su clara oposición entre cuerpo y alma, enfatizaban el ayuno como forma de purificación espiritual, noción ésta común a casi todas las grandes religiones. Por lo que se refiere a las monoteístas, entre los judíos la práctica del ayuno en los días prescritos obliga desde la salida del sol hasta que se vean tres estrellas en el cielo.