Chamanismo

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Los accesos místicos y la comunicación con los espíritus son los rasgos definitorios de la figura del chamán, en la que se encarna el culto religioso de algunas tribus siberianas y centroasiáticas y de otras poblaciones aisladas en diversas áreas geográficas. Aglutinante de las funciones del sacerdote y del curandero, el chamán es un singular tipo de hechicero o mago. Como religión, casi extinguida, el chamanismo es propio del norte de Asia y de Europa. Como práctica que coexiste con otras religiones, se encuentra también enraizada en pueblos primitivos de Norteamérica y de Australia. Ritos de iniciación El chamán puede ser designado por herencia o bien elegido por especiales manifestaciones de su vocación. En todo caso, requiere unas características previas y un período de instrucción. Según la tradición de los pueblos uraloaltaicos, los destinados a la dignidad chamánica viven aislados en las montañas y experimentan súbitos accesos de furor durante los cuales se arrojan al agua o al fuego y se practican incisiones en el cuerpo. Se caracterizan asimismo por la repentina pérdida de conciencia, los sueños y las visiones. Estas crisis de tipo histérico sólo se dan en el período previo a su iniciación. Los chamanes cuentan que durante esta pérdida de conciencia, que a veces se prolonga durante días, su espíritu sube al palacio de los dioses para ser instruido por los antiguos chamanes.