Cristianismo - pág.12

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Superación de la antigua ley. El cristianismo es desarrollo y superación de la religión judía. Los Evangelios señalan este carácter en varias ocasiones por boca del propio Jesús: "No vayáis a pensar que vine a abolir la ley o los profetas: no vine a abolir, sino a dar cumplimiento" (Mateo 5:17). Así, en la base de la doctrina se encuentran componentes esenciales que lo son también del judaísmo, tales como la creencia en un Dios trascendente e inefable, la creación desde la nada -ex nihilo- y la antítesis entre la gracia y el pecado. Al mismo tiempo, la predicación de Jesús se manifestó contra el legalismo vacío de fariseos y escribas, y preconizaba la pureza interior, la conducta del hombre que honra a Dios no sólo mediante gestos y manifestaciones externas, sino también con corazón limpio. San Lucas recoge una durísima diatriba de Jesús contra los fariseos y los escribas: "De manera que vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, pero vuestro interior está lleno de rapacidad y malicia... ¡Ay también de vosotros, doctores de la ley... que edificáis los sepulcros de los profetas, a quienes mataron vuestros padres!" (Lucas 11:39, 46-47). El amor al prójimo.