Cristianismo - pág.13

Indice General | Enciclopedia de Reliqión

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El perfeccionamiento y la superación de la ley de Moisés encuentra su resumen en el sermón de la montaña, en el que Jesús extendió el alcance de los mandamientos más allá del estricto cumplimiento formal de los mismos, y llevó así hasta extremos inusitados en el mundo hebreo el amor al prójimo, uno de los grandes fundamentos del cristianismo. "Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen... Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?" (Mateo 5:43-47). El amor al prójimo es, sin duda, junto con el amor a Dios, uno de los puntos centrales de la doctrina de Cristo, y seguramente el que aportaba mayor novedad tanto en lo que respecta al judaísmo como al paganismo romano. Pero este amor al prójimo es algo más que una simple y pura filantropía, es decir, amor al hombre por el hombre mismo; se trata, por el contrario, de un amor a los demás por amor a Dios, que no puede dejar de traducirse en amor al prójimo.