Enciclopedia de Reliqión
|
Religión Egipcia - pág.4
Indice General
|
Enciclopedia de Reliqión
Página 4 de 6
|
En las instrucciones del rey Merikara se lee: "Lo importante es que el hombre sobrevive después de la muerte, y sus hechos lo acompañarán hasta el final. La existencia allí, abajo, es para toda la eternidad".
Durante el imperio antiguo sólo el rey era iniciado para la vida futura. Al morir se convertía en Osiris, y su hijo encarnaba al nuevo Horus como administrador del orden establecido por los dioses. Posteriormente se extendieron los ritos funerarios a los dignatarios reales, enterrados cerca del faraón, y aun a ciudadanos particulares, cuyos cadáveres ocupaban tumbas excavadas en cuevas.
La vida después de la muerte era considerada semejante a la terrena; por este motivo se enterraban con el difunto elementos de uso cotidiano, e incluso alimentos, y las pinturas de las tumbas dejaban constancia de sus costumbres. Dada la posibilidad de que sobrevinieran los mismos peligros que acechaban la existencia presente, se proveía al fallecido de los amuletos y conjuros que había guardado durante su vida.
Los templos y la casta sacerdotal
Los templos constituían la morada de los dioses y en ellos se conservaban sus estatuas. El rey era el único que podía presentar las ofrendas al dios principal, aunque delegaba en los sacerdotes asignados al cuidado del templo.
|
< Anterior
|
Siguiente >
<<<
1
2
3
4
5
6
>>>
|
|
|
|