Abraham

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Las tres religiones monoteístas más importantes del mundo -la cristiana, la musulmana y la judía- reconocen como padre común a Abraham, el primero de los patriarcas de Israel, la figura que representa el paso de una religión idolátrica a la creencia en un solo Dios verdadero que se revela al hombre. La principal fuente bíblica sobre Abraham es el Génesis, al que hay que añadir las tradiciones de las culturas de quienes se tienen por sus descendientes. Abraham nació en Ur, ciudad de Caldea, hacia el año 2000 a.C., en el seno de una tribu idolátrica. Trasladada su familia al norte del país, recibió la revelación divina: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te indicaré. Yo haré de ti una nación grande... En ti serán bendecidos todos los linajes de la tierra» (Génesis 12:1-3). Con su esposa Sara, su sobrino Lot y sus pertenencias, Abraham se dirigió a Canaán, la región señalada por Dios. Allí permaneció hasta que un período de hambre lo llevó a Egipto, desde donde regresó enriquecido a Canaán pasado algún tiempo. Más tarde, se separaron su familia y la de Lot; éste marchó a Sodoma, en tanto que Abraham y los suyos se establecieron en la región de Hebrón, donde levantaron un altar al Dios único, que renovó al fiel Abraham sus promesas, entre ellas la de ser cabeza de una inmensa descendencia: ésta fue la Alianza entre Abraham y Yahvé, nombre dado a Dios en la tradición bíblica.