Burocracia - pág.3

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Lo que se respeta y obedece no es la persona, ni siquiera la institución, sino el ordenamiento. Normalmente, los sujetos ingresan en el orden burocrático no por razones familiares o afinidades políticas, sino en virtud de la posesión de ciertas cualificaciones profesionales -avaladas por un currículum-, que han de ser comprobadas, en algunos casos, mediante la superación de determinadas pruebas de acceso a la función correspondiente. Una vez que el sujeto ha ingresado en el grupo, inicia su "carrera" dentro de él con un carácter estable y continuo, y la antigüedad se constituye en un notable factor de mérito que, junto a sus logros personales, encaminan al sujeto a través del desempeño de diversos puestos de la organización. Por lo que se refiere al salario percibido, se establece en función no de los resultados alcanzados, sino del puesto de trabajo desempeñado. Y, a la vez que éste se convierte en una especie de propiedad personal, se da una rígida distinción entre el ámbito de actividad profesional del burócrata y su vida privada, a diferencia de lo que sucedía en otros sistemas administrativos tradicionales, en los que el desempeño de las funciones pasaba de padres a hijos. En opinión de Weber, la característica básica que justifica todo el sistema es la existencia de unas normas generales de control, de carácter racional, que regulan el funcionamiento del conjunto de acuerdo con técnicas determinadas de gestión, cuyo propósito es obtener un rendimiento óptimo.