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Y los que yo amaba se volvieron contra mí.
20 Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos,
Y he escapado con sólo la piel de mis dientes.
21 ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!
Porque la mano de Dios me ha tocado.
22 ¿Por qué me perseguís como Dios,
Y ni aun de mi carne os saciáis?
23 ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas!
¡Quién diese que se escribiesen en un libro;
24 Que con cincel de hierro y con plomo
Fuesen esculpidas en piedra para siempre!
25 Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
26 Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
27 Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
28 Mas debierais decir: ¿Por qué le perseguimos?
Ya que la raíz del asunto se halla en mí.
29 Temed vosotros delante de la espada;
Porque sobreviene el furor de la espada a causa de las injusticias,
Para que sepáis que hay un juicio.
Zofar describe las calamidades de los malos
JOB 20
1 Respondió Zofar naamatita, y dijo:
2 Por cierto mis pensamientos me hacen responder,
Y por tanto me apresuro.
3 La reprensión de mi censura he oído,
Y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
4 ¿No sabes esto, que así fue siempre,
Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra,
5 Que la alegría de los malos es breve,
Y el gozo del impío por un momento?
6 Aunque subiere su altivez hasta el cielo,
Y su cabeza tocare en las nubes,
7 Como su estiércol, perecerá para siempre;
Los que le hubieren visto dirán: ¿Qué hay de él?
8 Como sueño volará, y no será hallado,
Y se disipará como visión nocturna.
9 El ojo que le veía, nunca más le verá,
Ni su lugar le conocerá más.
10 Sus hijos solicitarán el favor de los pobres,
Y sus manos devolverán lo que él robó.
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