Curso de Psicología Comercial - pág.35

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En algunas sociedades tan sólo se permite poseer a sus miembros unos pocos objetos limitados y esenciales para la vida. Sin embargo, también en estas sociedades la posesión de estos instrumentos son sintomáticos del prestigio social del individuo, por lo que el impulso de adquisición está más dirigido hacia la "calidad" de las pertenencias que hacia el número de las mismas. 28. DESEO DE PRESTIGIO Este impulso está estrechamente relacionado con el anterior y, en algunas sociedades, están prácticamente fundidos. En cualquier sociedad de tipo capitalista, el prestigio está en función de la cantidad y la calidad de los bienes adquiridos por el individuo. Este afán de prestigio puede conducir a la persona a realizar obras positivas para el resto de la sociedad o, por el contrario, arrastrarla a la catástrofe. Un directivo de empresa, por afán de prestigio puede hundir a su compañía al adquirir tantos bienes y compromisos que llegue a descapitalizarla. Otro, por el contrario, por el mismo afán puede llegar a salvar de la quiebra a la empresa mediante el ahorro demostrando a sus competidores que él es capaz de poner a flote una empresa en apuros mediante un adecuado aprovechamiento de los medios que tiene a su alcance. 29. AFÁN DE PODERÍO El deseo de prestigio no sólo puede asociarse al de adquisición, sino que también puede (y de hecho suele hacerlo) asociarse al afán de poderío. Este afán, en ocasiones, puede ser superior a todos los demás.