Mosaico
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Enciclopedia de Arte
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La resistencia de los materiales empleados en la técnica artística del mosaico ha permitido la conservación de numerosas representaciones romanas, bizantinas y altomedievales.
El mosaico se compone mediante la unión de pequeñas porciones de materiales duros, como la piedra, el mármol o la pasta vítrea, que se combinan para obtener escenas o motivos decorativos. En principio se empleó el opus signinum, compuesto por piedrecillas, y luego el opus tesellatum, combinación de piezas cúbicas de mármol, o teselas, preferentemente en colores blanco, negro, rojo y verde. Por último, se difundió el opus vermiculatum, originario de Egipto, que empleaba piezas pequeñísimas que permitían mayor realismo en las composiciones.
Los mosaicos más primitivos, los de guijarros, se utilizaban en el Asia menor en el siglo VIII antes de la era cristiana, y de allí se extendieron por toda la cuenca mediterránea hasta que, en el siglo III a. C., comenzó a difundirse el mosaico de teselas, quizás desde Siracusa. Los primeros mosaicos, utilizados para la pavimentación de suelos, presentaban motivos decorativos bastante sencillos (dameros o cuadrículas, entrelazados, círculos), y fueron poco a poco complicándose hasta llegar a desarrollar temas mitológicos y escenas circenses, entre otros. Los ejemplos más interesantes se han encontrado en Pompeya y Palermo.
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