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La ocupación de Polonia, en 1939, significó el comienzo de la segunda guerra mundial.
Alemania, aliada con Italia y Japón, ocupó entre 1939 y 1941 gran parte de Europa, incluida Francia, pero la declaración de guerra a la Unión Soviética, con la que Alemania había firmado un pacto de no agresión en 1939, mientras persistían las hostilidades con el Reino Unido, determinó la dispersión del frente y el debilitamiento de la Wehrmacht, el ejército alemán, situación que empeoró con la incorporación de los Estados Unidos a la guerra. Tras los intensos bombardeos del invierno de 1944 sobre el suelo germano, en mayo de 1945 el ejército se rindió sin condiciones.
Los acuerdos de Yalta y Potsdam fijaron las fronteras de Alemania entre el Rin, al oeste, y el Oder-Neisse, al este, y determinaron la ocupación de su territorio por las potencias vencedoras (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Unión Soviética). La Unión Soviética se apropió del norte de la Prusia oriental, mientras que Polonia se anexionaba, entre otras, las regiones de Silesia y Danzig. El bloqueo de Berlín por las autoridades soviéticas entre junio de 1948 y mayo de 1949 significó el apogeo de la guerra fría entre el bloque occidental y el socialista, cuya consecuencia inmediata fue la constitución de las dos repúblicas alemanas: la República Federal de Alemania, en la parte ocupada por los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, y la República Democrática Alemana, en la parte soviética.
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