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El lugar único que la nación rusa ocupa en el horizonte histórico del mundo tiene su origen en la compleja evolución cultural de su pueblo, a un tiempo tradicionalista y europeo, así como en las singulares condiciones geográficas que han determinado su desarrollo. Integrada por una mayoría rusa de raíz eslava, dentro de sus fronteras conviven, sin embargo, alrededor de setenta distintos grupos nacionales. La inmensidad de su territorio, de 17,075,400 km2, la convierte en el país más grande del mundo y, después de China, la India, Estados Unidos, Indonesia y Brasil, en uno de los más poblados. Su capital, Moscú, que lo fuera también de la Rusia soviética, es, al lado de ciudades como San Petersburgo (anterior Leningrado), Nizhni Nóvgorod (Gorki) o Samara (Kuíbishev), una urbe de enorme importancia cultural y económica.
El territorio de Rusia está formado por 21 repúblicas de base étnica, seis krais (o territorios), diez okrugs (o áreas nacionales), 49 oblasts (o distritos), una región autónoma y dos ciudades con status federal. Sus fronteras limitan al norte con el océano Glacial Ártico; en el extremo oriental, con el Pacífico; al sur con las repúblicas de Georgia, Azerbaiyán, Kazajstán, Mongolia, China y Corea del norte; al oeste, con Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Belarrús (Bielorrusia) y Ucrania; así como por los mares Báltico, Negro, Caspio y de Azov.
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