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Algunos países iberoamericanos, como Brasil y Colombia, mantienen un elevado intercambio comercial con España.
Turismo. Los precios baratos, el sol asegurado, la riqueza monumental y la cercanía de los países más desarrollados de Europa contribuyeron a crear, a partir de 1960, un gigantesco complejo turístico en las costas peninsulares del Mediterráneo, así como en las islas Baleares y Canarias. Millones de plazas hoteleras y de apartamentos se alinean junto a las playas. En la década de 1980, el número de visitantes sobrepasaba cada año al de ciudadanos españoles, y la tendencia era creciente. Se ha dicho que el turismo es "la primera industria española" y, efectivamente, el desarrollo económico del país, e incluso los rápidos cambios en la mentalidad y las costumbres producidos en la segunda mitad del siglo XX, hubieran sido inconcebibles de no haber sido por las decenas de millones de extranjeros que todos los veranos (e inviernos, en Canarias) se desplazan a las playas españolas para pasar sus vacaciones.
Transportes y comunicaciones. El comercio exterior se realiza fundamentalmente por dos vías: por carretera, mediante grandes camiones que cruzan continuamente las fronteras con destino a toda Europa; y por mar, a través, principalmente, de los puertos de Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao, Gijón, Vigo, Cádiz, Málaga, Valencia, Tarragona y Barcelona. La aviación civil cuenta con un buen número de aeropuertos internacionales, especialmente importantes en las zonas turísticas.
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