BELZÚ, MANUEL ISIDORO

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Sus dotes de valeroso militar granjeraron al general Manuel Isidoro Belzú el apoyo de los sectores más desposeídos del pueblo boliviano, que lo aclamaron como presidente y esperaron de él remedio a su situación. Belzú nació en La Paz el 4 de abril de 1808, en el seno de una familia muy humilde. Su coraje y valía personal le proporcionaron una rápida promoción en el ejército de Andrés de Santa Cruz, al que se había unido en 1823. Después de participar en el golpe de estado que derrocó a José Ballivián, en 1847, comenzó a ejercer un ascendiente casi mítico sobre las grandes masas de la población indígena. En 1848, el pueblo llano se rebeló, saqueando las casas de los ricos de La Paz y atacando al propio ejército. Belzú, que se impuso en ese mismo año en la batalla de Yamparáez, fue declarado presidente provisional y, dos años después, fue elegido constitucionalmente. Su mandato estuvo marcado por las contiendas internas y los atentados contra su vida: en septiembre de ese mismo año resultó gravemente herido. La multitud enardecida se apiñó entonces en torno suyo profiriendo gritos de elogio hacia su persona. A consecuencia de este atentado, Belzú incrementó su poder y persiguió implacablemente a sus enemigos. Sin embargo, cansado de luchar contra sus opositores políticos, dimitió en 1855.