GRANVELA, CARDENAL

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En las primeras fases de la rebelión de los Países Bajos contra España, la actitud intransigente del cardenal Granvela, uno de los principales colaboradores del rey español Felipe II, contribuyó a radicalizar las posiciones enfrentadas. Antonio Perrenot de Granvela nació en la ciudad de Besançon, Franco Condado (posteriormente en territorio francés), el 20 de agosto de 1517. Estudió en las universidades de Padua, París y Lovaina. Ordenado sacerdote, fue nombrado obispo de Arras en 1540 y tuvo una destacada actuación en el concilio de Trento, lo que le valió la confianza de Carlos V (I de España). Asimismo, el papa Paulo IV lo nombró arzobispo de Malinas en 1560 y cardenal en 1561. Desde 1560, durante el reinado de Felipe II, Granvela fue consejero de la regente Margarita de Parma en los Países Bajos. Enfrentado a los nobles holandeses, defendió los proyectos e intereses de la casa de Austria y reforzó la actividad del tribunal de la Inquisición. La oposición nobiliaria al autoritarismo y la intransigencia religiosa de Granvela persuadieron al rey de la inconveniencia de mantener al cardenal, que en 1564 fue destituido. Al año siguiente recibió el encargo de atender los asuntos reales en Italia, donde participó en la elección del papa Pío V. En 1571 fue nombrado virrey de Nápoles, cargo desde el que organizó los preparativos para la batalla de Lepanto.