Fortificación - pág.3
Indice General
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Enciclopedia de Milicia
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Evolución del concepto de fortificación
Las fortificaciones permanentes fueron muy efectivas contra el limitado poder ofensivo de las armas empleadas en la antigüedad. Así, en la civilización griega, los ejércitos utilizaron torres de sitio que llegaron a tener 50 m de altura. En el ámbito de la civilización china, el emperador Shi Huangdi (Shi Huang-ti) dispuso en el siglo III a.C. la construcción de la Gran Muralla, que llegaría a alcanzar 2.400 km de longitud, con una altura media de nueve metros y anchura de ocho en su base. Los romanos levantaron igualmente murallas, como la de Alemania, de unos 450 km de longitud, y también fueron maestros en la fortificación de campaña. Buena muestra de ello fueron el muro de circunvalación de 23 km de longitud y el de contravalación interior a él, con que Julio César cercó al caudillo galo Vercingetórix en Alesia, durante la guerra de las Galias.
En las modernas operaciones bélicas, las fortificaciones permanentes convencionales son consideradas elementos del pasado; no obstante existen edificaciones de protección contra bombardeo convencional y refugios antiatómicos, profundamente enterrados para proteger cuarteles generales, sistemas de mando, control y comunicaciones, o silos de misiles.
En la edad media, el castillo, que constituía la unidad básica de fortificación, se construía sobre colinas o mesetas en la mayor parte de los casos.
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